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Audio Stop 223

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Sculpted with rich brown wax, a young ballerina stands with her arms straight, hands clasped behind her back, and one foot in front of the other on a square wooden base. Her body is angled to our left in this photograph. Both feet are splayed outward, and her right foot is placed far in front of her left. Bangs cover her forehead, and she has a heart-shaped, upturned face with a squat nose and slightly pursed lips. Her heavy-lidded eyes are nearly closed and her hair is pulled back and tied with a wide, cream-white ribbon. She wears a fabric costume with a sleeveless, gold-colored bodice, a gray tulle skirt, and ballet slippers. Her body is sculpted from dark brown wax, and a layer of wax covers her hair, bodice, and ballet slippers.

Edgar Degas

Little Dancer Aged Fourteen, 1878-1881

West Building, Ground Floor — Gallery G3

La bailarina de ballet profesional Tara Hutton estudia las alegrías y las dificultades que quedan al descubierto en la escultura de Degas de una joven bailarina de la Opera de Paris en el siglo XIX.

 

 

Transcripción de audio

NARRADOR:
Cuando Edgar Degas exhibió por primera vez esta escultura en París en 1881, la mayoría de los críticos y el público se escandalizaron. Deploraron la exposición revolucionaria, en una galería de arte, de una figura hecha de cera, telas e incluso cabello humano. Consideraron que su retrato de una bailarina de ballet de catorce años del Teatro de la Ópera de París era realista de manera incómoda: exponía las desalentadoras realidades de la danza, por lo general, ocultas tras la belleza de los trajes de baile y la música.  En esa época, muchas jóvenes bailarinas de la Ópera de París provenían de familias de clases trabajadoras que dependían de las oportunidades laborales en centros culturales en los que pasaban su tiempo las personas adineradas.

TARA HUTTON:
Mi nombre es Tara Hutton. Como bailarina profesional, la obvia fatiga de la niña me resulta profundamente familiar.  La modelo de Degas, Marie van Goethem, se ve a la vez orgullosa, obediente y exhausta: tal es la naturaleza del ballet.  

Veo el orgullo. También veo melancolía.  Veo a una joven agotada en esta posición.  Ella no solo ha sufrido los rigores normales de entrenar como bailarina, sino también la responsabilidad financiera de llevar dinero a casa a su familia pobre, lo que era común en esa era del ballet.

NARRADOR:
Esta joven modelo posó para Degas mientras hacía dibujos, pequeños estudios y, por último, la escultura.

TARA HUTTON:
Como bailarinas, nos entrenan para crear movimiento: no tenemos capacitación para sostener poses durante horas interminables. La bailarina está en pausa en una relajada cuarta posición. Tiene las caderas y el abdomen proyectados hacia adelante. Esta es la apariencia de la fatiga de la bailarina que se vería al final de un largo ensayo.  

En verdad creo que Degas veía a los artistas como personas. Agradezco mucho cómo su escultura capta a esta vulnerable joven bailarina, que enfrenta las duras realidades del vigor del arte y la dureza que con frecuencia pasaba desapercibida para el público. Creo que es una demostración muy honesta y real de lo que enfrentaba una joven mujer de esa época.  
 

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