Audio Stop 207
Frederic Edwin Church
Niagara, 1857
West Building, Main Floor — Gallery 71
Sara Capen del Área de Patrimonio Nacional de las Cataratas del Niágara y Sarah Cash, curadora adjunta de pintura estadounidense y británica, examinan las historias ocultas de los buscadores de libertad en el trasfondo de la pintura que hace Church del paisaje norteamericano.
Transcripción de audio
SARAH CASH:
Soy Sarah Cash, curadora adjunta de pintura estadounidense y británica en la National Gallery of Art.
En esta obra de Frederic Church, Niágara, de 1857, vemos, por supuesto, las cataratas del Niágara. En su momento, la pintura fue radical y revolucionaria: es como si estuviéramos suspendidos sobre la cascada, lo que es bastante extraordinario. Church pone al alcance de nuestros ojos tanto el lado cercano como el lejano de las cataratas. En otras palabras, esa vista no está al alcance del ojo humano.
SARA CAPEN:
Creo que él quitó todas las distracciones para que pudiéramos conectarnos con su esencia. Para pensar más allá de quienes somos como seres humanos. Soy Sara Capen, directora ejecutiva del area de legado nacional de las Cataratas del Niágara.
SARAH CASH:
Creo también que lo eligió porque sabía que los estadounidenses en ese momento veían este sitio como el símbolo de la nueva nación y de la vitalidad del joven país.
NARRADOR:
Pero para algunos estadounidenses de esa época, las Cataratas representaban algo profundamente diferente: una ruta hacia la libertad.
SARA CAPEN:
Cuando Church vino a investigar las cataratas del Niágara, eran muy similares a lo que son hoy: un lugar turístico. Pero había un trasfondo. Estaban los dueños de plantaciones sureñas que venían a ver las Cataratas y traían consigo a las personas que tenían esclavizadas para que los sirvieran. Los meseros del hotel Cataract House, que eran en su gran mayoría afroamericanos libres, les informaban: "Mira, estás a literalmente 500 yardas de la libertad. Podemos ayudarte a llegar allí".
NARRADOR:
Las cataratas del Niágara, una serie de saltos de agua a lo largo del río Niágara, se extienden sobre territorios estadounidense y canadiense. Los visitantes del sitio se daban cuenta de que justo detrás de las cataratas estadounidenses se encontraba la frontera de Canadá y la vista majestuosa que pintó Church.
SARA CAPEN:
Los buscadores de libertad cruzaron justo en la parte baja de las cataratas estadounidenses en un bote a remo después de bajar corriendo escalera tras escalera hasta el verdadero fondo, rodeados de esas poderosas cascadas. Y entraban a Canadá, a la libertad. Es una historia importante, que no se ha contado.
En lo personal, siento que es un cuadro tan pertinente actualmente como lo era entonces. En verdad te toca el corazón. Pero también te hace desear salir y pasar a la acción. Quiere que entiendas mejor nuestra historia, nuestra relación con la naturaleza y la tierra. Pero creo que lo más importante es que en realidad nos llama a convertirnos en guardianes para que estos sitios estén ahí para las generaciones futuras.