Audio Stop 33
Helen Frankenthaler
Mountains and Sea, 1952
Montañas y mar es un perfecto ejemplo de la técnica de Helen Frankenthaler, que implicaba la creación de obras a través de manchas mediante un proceso en el que vertía pintura diluida sobre lienzos sin imprimación. Este método da como resultado campos de color transparente que parecen flotar en el espacio, y donde el tejido del lienzo pone de relieve el carácter plano de la imagen. Sus disposiciones de colores y formas suelen evocar el entorno natural, y cada obra crea un espacio visual y una atmósfera únicos.
Transcripción de audio
NARRATOR:
En 1952, Helen Frankenthaler visitó Cabo Bretón, Nueva Escocia, en la costa atlántica. Inspiradas por sus famosas vistas costeras, volvió a casa e hizo esto.
Molly Donovan, curadora adjunta de arte moderno.
MOLLY DONOVAN:
Lo que estamos observando es, sin duda, una abstracción, pero es una abstracción que evoca un paisaje. El borde verde claro que desciende hacia la franja azul puede entenderse en realidad como una línea de costa rocosa que cae en el agua. Las manchas azules que se aprecian en la composición podrían entenderse como el océano Atlántico que salpica con violencia el paisaje.
NARRATOR:
Frankenthaler —que por entonces solo tenía 23 años— recibió una gran influencia de artistas como Jackson Pollock y sus experimentos con la abstracción. Sin embargo, Frankenthaler inventó su propio estilo, el cual lograba vertiendo pintura al óleo diluida con aguarrás desde latas de café sobre un lienzo sin imprimar extendido en el suelo. La pintura penetraba en el lienzo por completo y creaba luminosos charcos de pintura.
Acerca de sus lienzos, la artista declaro una vez: “...Lo importante era decidir dónde detenerse y dónde rellenar, y cuándo decir esto no necesita otra línea u otro límite de color. Es decir, el propio suelo era parte del medio”.
MOLLY DONOVAN:
Poco después de la creación de esta obra, dos artistas más jóvenes, Morris Louis y Kenneth Nolan, visitaron el estudio de Frankenthaler. Más tarde, Morris Louis describió esta obra como “un puente entre Pollock y lo posible”, queriendo decir que Frankenthaler tomó el ejemplo de Pollock de pintar lienzos abstractos sobre el suelo y tradujo este vocabulario en una nueva perspectiva: su técnica de manchado.