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Audio Stop 7

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A buoy and a sailboat with three men and a woman tip at an angle on rolling aquamarine and azure-blue waves in this horizontal painting. The white wooden boat sails away from us toward the right side of the composition. Its unfurled sail is tinged with taupe and pale blue and attached to a pale wooden mast. The boat has a low cabin with round portholes on the side we can see. Two of the men are shirtless, tanned, and have their backs to us. One sits in the cockpit wearing a white hat with a short brim as he holds the tiller. The other man stands on the deck with his arms crossed. Beyond the standing man, the woman lies along the roof of the cabin, her head at about the height of the man’s chest. She is barefoot and lies on her stomach wearing long, blue pants and a watermelon-pink halter top and matching kerchief covering her hair. The third man stands to her right, his slender body angled toward us while holding onto the mast with one hand and rigging with the other. The woman and third man have noticeably pale skin. A buoy near the boat is battleship-gray with streaks of rust along its base and a copper-green bell inside. It floats just to the left of and tips toward the boat on a rising swell. The scene is lit by bright sunlight coming from the left side of the baby-blue sky with bands of feathery clouds, which takes up the top two-thirds of the composition. The artist signed the lower right, “EDWARD HOPPER.”

Edward Hopper

Ground Swell, 1939

West Building, Ground Floor — Gallery G6

El cielo azul, las figuras bañadas por el sol y la vasta extensión de agua ondulada de Mar de fondo otorgan un tono calmo a la imagen; sin embargo, algunos detalles de la pintura cuestionan esta sensación inicial de serenidad. La boya confronta al pequeño velero en medio de un paisaje marino vacío. Su propósito —hacer sonar una campana de alerta ante peligros inminentes o inadvertidos— hace que su presencia en la escena sea amenazante. Las nubes de tipo cirro en el cielo azul, que suelen presagiar la aproximación de una tormenta, refuerzan esta sensación perturbadora.

Transcripción de audio

SARAH CASH:

Es, en realidad, una composición muy simple. Hay cielo, océano, un velero, unas figuras y una boya de campana.

NARRATOR:

Sin embargo, la pintura podría no ser tan calma, plácida y bella como suponemos al observarla. Sarah Cash, curadora adjunta de pintura estadounidense y británica.

SARAH CASH:

Por ejemplo, las figuras del velero parecen no relacionarse. No se centran las unas en las otras. La mirada de cada uno de los marineros se encuentra puesta en la boya de campana, lo que sugiere que están muy preocupados por la posibilidad de que represente [04:48] para ellos algún tipo de peligro. Las ligeras nubes que atraviesan el cielo azul parecen, a nuestros ojos, solo unas nubes bellas, calmas y agradables; sin embargo, podrían predecir, de hecho, una tormenta o el cambio de clima.

NARRATOR:

Lo mismo ocurre con las olas onduladas, con la “oleada” del título de la pintura. ¿Hay un significado oculto? Hopper pintó esta obra en 1939, año en que un huracán arrasó Nueva Inglaterra, dejando tras su paso una gran destrucción, con cientos de víctimas mortales, pero eso no fue todo.

SARAH CASH:

Hopper pintó Oleada entre agosto de 1939 y el 15 de septiembre de 1939, lo cual coincide exactamente con el periodo de retransmisión de noticias de la Segunda Guerra Mundial. Así que es enteramente posible que la boya de campana pudiera tener un doble propósito en esta pintura. Puede que nos haga pensar en un clima peligroso, pero quizás también simbolice, al menos de forma sutil, el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial.

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